Elaboración: (150 minutos)

1. Aromatizar el aceite:

Ponemos en un cazo 85ml de aceite de oliva y freímos la piel de naranja. Retiramos cuando esté tostado. Dejamos enfriar.
En un recipiente ponemos 75ml del aceite aromatizado y en otro el restante.

2. Hacer la masa:

En un recipiente amplio añadimos la ralladura de una naranja, el azúcar y mezclamos bien. Añadimos los dos huevos sin cáscara. Mezclamos bien con varillas.

3.

Añadimos el zumo de naranja (o el licor de anís), los 75ml de aceite aromatizado y la leche. Mezclamos hasta que esté todo integrado.

4.

Mezclamos la levadura con la harina y lo vamos añadiendo al preparado poco a poco. Mezclamos con varilla hasta que no podamos más y entonces pasamos a utilizar una pala. Se queda una masa con consistencia y bastante pegajosa. Dejamos reposar tapada durante 15 minutos.

5. Almíbar:

En una cacerola, añadimos el agua, el azúcar, la miel, los palitos de canela, la piel de la naranja y opcionalmente el licor de anís. Lo llevamos a ebullición y dejamos cocer durante 5 minutos. Reservamos con la cacerola tapada.

6. Formar las rosquillas y freír:

Nos untamos las manos con el resto de aceite aromatizado para que no se nos pegue la masa y hacemos las rosquillas. Las rosquillas se forman haciendo una bolita y abriendo un agujero en medio con los dedos.

7.

Las freímos en una satén con abundante aceite. El aceite no debe estar demasiado caliente.

8.

Cuando estén doraditas, las pasamos a un recipiente con un papel absorbente.

9.

Llegados a este punto, si no queremos hacer glaseado, podemos pasar las rosquillas por azúcar y estarán listas para comer.

10. Glaseado:

Debemos dejar enfriar las rosquillas por completo.
El almíbar debe de estar templado. Sumergimos las rosquillas en el almíbar de dos a tres segundos y las pasamos a una rejilla para que escurran.

11.

Las dejamos reposar unos minutos para que tomen el almíbar.

12.

Las emborrizamos con azúcar y las dejamos en una bandeja o recipiente para guardarlas.